¡Llegó el gran día! Tuvimos suerte, ya que llevaba toda la semana lloviendo, pero ese día como íbamos a un concierto el sol salió. Fue el día 23 de noviembre, que caía en lunes, en los Salesianos. La ópera empezó a las 9,15 h. Subimos en autobús y bajamos andando. Llevábamos mucho tiempo esperándola. Habíamos traído a clase libros de la historia y un CD. La profe nos lo puso.
Cuando llegó el día casi no me lo podía creer. En nuestro blog la profe había puesto la canción de la Reina de la Noche. Al oírla tantas veces se me quedó, y a todas horas la cantaba. Mi madre me decía: "Te vas a quedar afónica", aunque yo creo que lo estaba deseando.
La canción de Papageno y Papagena era la última. Fue divertidísima. Al volver vinimos andando. Cuando llegamos a clase todavía quedaba una asignatura.
Por la tarde, la profe nos estuvo haciendo preguntas sobre la ópera: los nombres de los personajes, lo que decían... Pero lo que más me interesó fue una pregunta: ¿Qué haría falta para una ópera más grande? Harían falta más músicos y más personajes porque cada uno de ellos tenía que hacer de más personas y casi nos les daba tiempo para cambiarse de ropa. Sobre todo, que se acuerden de tener los micrófonos apagados, porque se oyó cuando dijeron "¡Efectos especiales!".
De todas formas me ha encantado, le pongo un diez. Me encantaría volver a verla.
BMD